La semana pasada os contábamos que habíamos terminado la poda pero el trabajo continúa. Una vez podada toda la viña hay que atar las varas a los alambres de la espaldera para que la planta adopte la forma que nosotros queremos y también para que soporten el peso de las uvas cuando los racimos se desarrollen.
Esta operación se hace uno a uno y con mucho cuidado de no romper las varas que hemos dejado preparadas para que den fruto. Existen diferentes materiales pero nosotros utilizamos básicamente dos, macarrón y gomas. Además tratamos de reciclar estos materiales cada año, por lo que reutilizamos en lo posible los que hemos dejado durante la poda, lo que lleva un poco más de tiempo pero evita que los alambres se llenen de “lacitos negros” o que se tiren por el suelo.
Una vez atadas todas las plantas que lo necesiten, hay que eliminar los restos de la poda para que la finca quede limpia y se puedan hacer con comodidad el resto de tareas de mantenimiento y abono que requiere.
En primer lugar es necesario arrancar los sarmientos de los alambres, pues se quedan fuertemente enganchados. Es increíble lo fuertes que son los “amarres” de las vides, y en muchas ocasiones hay que utilizar las tijeras para soltarlos. Poco a poco se van colocando en montones organizados en el centro de las calles para facilitar su destrucción.
Quizá esta sea la tarea más desagradable de todas las que exige la viña, pues hay pocas salidas para esta madera vieja, por otra parte muy abundante.
Lo más fácil es quemarla, sin embargo nosotros hemos optado por otra más laboriosa, picarla para convertirla en abono natural para las plantas. Esto supone varios días de intenso trabajo, ya que hay que mover la trituradora entre las calles e ir introduciendo poco a poco los sarmientos dentro de la máquina para que los triture lo más posible con la idea de que pudran pronto y la tierra los pueda asimilar. En el pasado también se partían las varas en trocitos con la tijera de podar, aunque no siempre.
Existe otra fórmula para eliminar los sarmientos que nos gustaría explorar. Los sarmientos son el mejor combustible para las parrillas, por lo que si alguien está interesado en ellos, puede ponerse en contacto con nosotros .
Como podéis ver Viña Cuedo es un viña pequeña en la que se hace todo de forma bastante tradicional, con un absoluto respecto a la naturaleza y al entorno.
Hasta pronto¡¡¡¡
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