Bodega

Si llegas a San Antolín de Ibias y preguntas por la bodega Viña Cuedo, te dirán que está en el Barrio del Sol, en los bajos de una casa que luce en su fachada una vieja parra que da sombra a la terraza y hunde sus raíces en la misma tierra que acoge a la bodega.

 

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Los habitantes de esa casa, antiguo “bar la Peña”, elaboraban y guardaban sus vinos en donde hoy encontramos la bodega Viña Cuedo, entre los cimientos mismos de la casa, en un espacio robado en parte, a la roca que daba nombre al bar. La entrada a la bodega es un amplio portón que nos abre a un espacio distribuidor entre los dos ámbitos básicos en los que se divide, a la izquierda la zona de elaboración y a la derecha la zona de degustación-cata.

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Los dos sectores están definidos por gruesos muros de mampostería pizarrosa que conforman los sustentos del edificio. Estas pétreas paredes, unidas a un suelo en contacto con la tierra y la roca madre de apoyo, proporcionan un ambiente y temperatura único para la elaboración y conservación del vino. Se busca la sencillez y la elegancia de lo austero con mínimo mobiliario, antiguo, con historia, convive con la moderna maquinaria y depósitos de acero inoxidable para conformar la primera bodega de Ibias que aúna el quehacer tradicional con las nuevas técnicas de elaboración vitivinícola.

 

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En la zona de degustación-cata, una pequeña barra de piedra junto a una ventana,  que permite disfrutar de la vista del fondo del valle por donde discurre entre “humieiros” el río Ibias . Se puede incluso utilizar la mesa situada al otro lado de la ventana en un rincón que invita a disfrutar de un momento tranquilo con  las confidencias en torno a una botella de buen vino.  La presencia justo a la entrada de un antiguo horno de piedra, de los de “roxar” con “torgos” por la boca, excelentemente conservado y  hoy sin uso, completa la descripción de todo el entorno.